Reduciendo la huella ambiental del transporte

El transporte juega un papel central en nuestra movilidad diaria, pero también es una fuente considerable de contaminación del aire. Los vehículos motorizados, especialmente en áreas urbanas densamente pobladas, liberan una mezcla de gases nocivos como óxidos de nitrógeno, partículas y monóxido de carbono, que contribuyen a problemas de salud graves como enfermedades respiratorias y cardiovasculares. La promoción de alternativas de transporte más limpias y la implementación de normas de emisión más estrictas son cruciales para combatir este problema. Además, renovar la flota vehicular y promover combustibles más limpios pueden ayudar significativamente. La concienciación sobre los riesgos para la salud y la promoción de un movimiento sostenible son fundamentales para cambiar las prácticas actuales y mejorar la calidad del aire en nuestras ciudades.